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La vista de las cimas desde el aparcamiento. |
La ascensión al pico Argualas (3046 m.) es
una de las clásicas del Pirineo que permite enlazar por la cresta
los picos Algas (3033 m.) y Algas Norte (3032 m.). La ruta habitual empieza en los Baños de
Panticosa, lo que supone un desnivel considerable de más de 1400 metros. Es una
ruta que me planteé cuando subí el Garmo Negro en 2020. Los montañeros más
preparados suelen enlazar el Garmo con la cresta de los Algas hasta el Argualas.
Pero a diferencia del Garmo, que no tiene ninguna dificultad, el ascenso al Argualas y la cresta que une los tres picos presentan algunos tramos de trepada (PD escala Welzenbach, IIº UIAA) expuestos y
aéreos no exentos de riesgo.
Llegué al Balneario de Panticosa
sobre las 16.00 h. y esperé un rato en
el párking del refugio de la casa de Piedra hasta que quedó libre un acogedor
espacio bajo los árboles, junto al río y al inicio del sendero. El plan
consistía en pasar allí la tarde, estudiar detalladamente la ruta en el mapa y
prepararme para la ascensión. Tras una cena alta en carbohidratos pasé la noche
en el coche. Al igual que hice en las ascensiones de los Picos del Infierno y del
Garmo Negro, la idea era comenzar todavía de noche y ver amanecer ya junto a la
muralla de la pared Sur del Argualas. En
pleno verano y con estos calores que corren últimamente, acometer la subida con
el fresco de la noche compensa mucho y permite disfrutar de sensaciones
diferentes.
Comencé a caminar a las 05.45 h. Con
la luz del frontal a mínima intensidad me bastaba para avanzar seguro por la
senda que recordaba perfectamente. Dejé atrás la fuente de la Laguna,
recientemente restaurada y a la que los aldeanos del valle subían para curar
sus males en tiempos pasados, y remonté la pronunciada pendiente en constantes
zigs-zags con constancia pero sin prisa. La rodilla derecha, algo tocada, me
iba recordando que en esta ocasión debía poner especial atención en no forzarme
y en usar bien los bastones.
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El único indicador en la ruta. |
A las 06.10 h. llegué a la Majada
deras Argualas y me encontré con el único cartel indicador que hay en toda la
ruta. Allí apagué el frontal y dediqué unos minutos a disfrutar del silencio y
del brillante cielo estrellado. Algo a lo que ya no estamos acostumbrados los
que vivimos en ciudades desnaturalizadas. En la profunda oscuridad me sentí
minúsculo, insignificante, mínimo, frente al inmenso mar de estrellas que
titilaban en la cúpula celeste sobre mi cabeza iluminando el espacio infinito.
Fue entonces cuando caí en la cuenta que había olvidado las pastillas isotónicas, sonreí y descarté sin dudarlo el bajar a buscarlas. Con las raciones de altura (gelatinas energéticas de sabor a frutas y barritas de frutos secos ricas en proteínas) y los dos litros de agua sería suficiente. Recordé la consigna: beber antes de tener sed, como mínimo cada hora. Reponer energías cuando lo necesites, como mínimo cada dos horas. Esta era una parte fundamental de la estrategia. Retomé el camino y seguí avanzando hacia la Majada Alta.
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La gran roca con el croquis. Al fondo el Garmo y el Argualas. |
Todavía no aparecía el Sol en el horizonte, pero ya se iba iluminando el cielo, cuando llegué a una gran roca en la que alguien alguna vez hizo un croquis del camino. Delante se presentaba la formidable mole del Garmo Negro y la del Argualas a su izquierda. En este punto había que decidir qué opción seguir. Yo había pensado en tomar la senda desdibujada que bordea el barranco de Argualas, en dirección E-SE, y es lo que hice. Unos rebecos me saludaron desde lejos con sus ágiles saltos entre las rocas como celebrando mi decisión o mi llegada. Avancé un buen rato, parando por momentos a observar las múltiples opciones que se iban presentando en forma de hitos de piedra improvisados o trozos de senda bien marcados, hasta llegar al pie de la formidable masa del Argualas. El Sol ya remontaba y empezaba a anunciar una jornada calurosa y sofocante, eran las 08.05 h. y estaba a unos 2500 m. Sin embargo, por esta ruta hay que hacer un largo flanqueo hasta el sendero que sube al collado de Argualas, haciendo un giro a NW intentando no perder altura pero tampoco acercarse demasiado a la pared de rocas. Hice una primera parada para hidratar, reponer energías y untarme el rostro de crema solar de alta protección. Ahora empezaba lo bueno…
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El collado de Argualas indica la dirección a seguir. |
Como había hitos por todas partes,
hubo momentos de desconcierto y tracé algunas eses sin demasiado sentido.
Afortunadamente sabía hacia dónde me dirigía y recordaba el dicho: “alguien
puso ese hito, pero tú no sabes hacia dónde iba". Así que no perdí la
dirección hasta alcanzar el sendero en el que me encontré con un corredor
francés de Ultra Trail que también iba solo. Nos saludamos, nos presentamos y compartimos un
momento. Cedric iba hacia el Garmo y luego haría toda la cresta. Yo le comenté que iba
hacia el Argualas y luego ya vería… Tras unos minutos subió el ritmo y yo continué
al mío. A estas horas no había demasiada gente todavía, pero por detrás ya veía
puntitos humanos avanzando a diversas velocidades mientras Cedric desapareció por delante.
La subida hacia el collado era dura, alternando zonas de canchales pedregosos con tramos de tierra pisada, sin piedras, siempre con una pendiente pronunciada, muy inclinada a veces. Uno de esos tramos que quieres pasar rápido pero no puedes. Uno de esos momentos en los que la montaña te pone a prueba como diciendo: “¿de verdad quieres subir?”. Es el momento en el que no hay que rendirse. Más arriba, se veía correr el agua que surgía de las rocas y una gran Águila sobrevoló mis pasos, animándome a continuar.
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El Argualas, imponente. |
Llevaba ya tres horas de caminata y todavía no había empezado a acometer la cumbre. Iba con algo de retraso a lo previsto, pero ya quedaba menos y me encontraba bien. Volví a hidratar y reponer energías justo en el punto en el que el sendero se dividía en 3 opciones: hacia el Garmo, hacia el collado o hacia el Argualas. Y me dirigí hacia el Argualas por una pendiente más difícil y pronunciada todavía, hasta llegar a la cumbre de una loma donde para mi sorpresa me encontré con algunas ovejas de alguna especie rara… Parecían Banthas de Star Wars, pero en color crema y más pequeñas. Chulísimas. Me alegré de haber traído suficiente agua y sobretodo de no haber dependido del engañoso hilo de agua que corría cristalino monte abajo.
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En la arista cimera, la cima se presenta unos metros más allá. |
La última parte fue brutal, intensa, técnica. Me alegré de haber escalado algo de joven, de haber hecho crestas y alpinismo con l@s compis del MadTeam ya hace años. Eché de menos mi arnés, la cuerda y la cordada, esa seguridad psicológica de saber que tus compañeros están velando por ti. Pero me centré en el SOLO, en la trepada integral, obvié la caída, me aseguraba constantemente de progresar con 3 puntos de apoyo, comprobaba previamente cada agarre, cada pie, cada mano, y respiraba tan hondo que se me llenaba el alma. Y al final, absolutamente concentrado, encontré "el camino" e hice cumbre. Y me sentí pletóricamente feliz.
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Cima del Argualas. |
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Destrepando y valorando a vista de pájaro hacer toda la cresta Argualas-Algas N (PD). |
La destrepada hacia la mochila me
dio una nueva sorpresa al vislumbrar un senderuelo fantasma que serpenteaba entre
la cresta, desdibujado pero evidente por momentos. Así que me decidí a resolver la cresta,
acometer los Algas y llegar hasta el collado para bajar por el sendero
principal hacia los baños de Panticosa. En el Algas Norte me encontré de nuevo
a Cedric, el corredor francés. Nos volvimos a saludar y compartimos un momento.
Le comenté mi impresión sobre el Argualas, a lo que él me repuso enseñándome el
track que llevaba en su móvil: “solo es PD!”… a lo que le contesté: “tu pon
toda tu atención, no conocemos al que ha dicho que solo es PD”. Chocamos
nuestras manos con una sonrisa y cada cual siguió su camino.
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Atrás se queda el Algas. |
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Cima del Algas Norte. |
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Llegando al collado de Argualas, una excelente vista de los Infiernos y el Garmo Negro. |
La bajada siempre es la parte más
dura, no entraré en detalles, pero escogí una ruta alternativa que tuvo sus complicaciones en determinados puntos. Llegué al coche a las 15.20. Muy cansado pero muy
contento. Sin incidencias, más vivo y más feliz. Y pensé que esta historia quería
compartirla contigo y tenía que escribirla en el Blog. Porque como dijo C. Mc Candless:
“La felicidad solo es real cuando se comparte”.
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Clik para ampliar el mapa... |
Ficha Técnica MIDE según mis propias apreciaciones.
Fecha: 17-08-2023
Inicio y final: Baños de Panticosa (1640 m.)
Distancia total: aprox. 10 km.
Horario: 4h 30' subida al Argualas + 1h cresta + 4h bajada.