Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

martes, 16 de agosto de 2011

ANDORREANDO.6. Envalira.


Habíamos quedado en hacer otra ruta...pero el día no era del todo claro y nuestras motivaciones también andaban torcidas... Al final, nos decantamos por un "paseo" asequible para los tres: Envalira. Desde el Port de Envalira, a más de 2200m de altura, se hace sencillo subir en poco más de una hora al Maià y al Ortafà. También es posible, tomando la dirección contraria, introducirse en las pistas de ski y subir al Pic Blanc de Envalira. Y una vez allí -pensé- si encuentro el momento siempre podré intentar subir al Negre de Envalira y ....jeje...siempre buscando opciones de escapada.

Nada más salir de "La Tanqueta", sin embargo, el comité de bienvenida de las Montañas nos hizo presuponer que la cosa iba a ser más complicada de lo que parecía: una masa de Niebla impresionante se levantaba desde la vertiente oriental y fluidamente iba y venía por los Collados y Cimas...ganando terreno a la visibilidad, enfriando a su paso las piedras, mojando con su aliento los pastos...

Montamos una sola mochila y nos pusimos a caminar por la pista que pasa o lleva directamente a la gran antena. Descartados el Maià y el Ortafà, que ya estaban totalmente cubiertos por la nube, el objetivo era el Blanc de Envalira, que por un momento pudimos contemplar:


Pudimos disfrutar durante un tiempo breve del Sol y las vistas del Circo de Pessons que tanto nos habían impresionado, de los Picos de Cubil, de los lagos... Pero a los pocos minutos, entramos de lleno en el "puré de patatas". A duras penas sabíamos por dónde andábamos ya que la visibilidad era muy reducida. El hecho de caminar por las pistas muy marcadas era una ventaja, aunque por mucho que pudiésemos ver nuestros pies en el camino, ese caminar casi a escondidas no era muy motivador. A dónde vamos?



El pequeño y yo reíamos. Le mostré de cuan poco sirve un frontal en la niebla:

- Ves?...encendemos la luz y la niebla se la traga!!!
- Anda!!!- exclamaba con su sonrisa picarona...

Anduvimos mareando la perdiz unos 45 minutos hasta llegar a un Bar de la estación, cerrado por supuesto y por desgracia ;)...jeeje. Había un cartel que indicaba que nos encontrábamos en el Coll Blanc a dos mil quinientos y pico de altura... La niebla ahora nos había empapado por completo los chubas y las zapatillas...se habian formado incluso algunos cristales de hielo en los cabellos... Decidimos esperar unos minutos. Aunque se intuía el camino de subida, no todo el equipo veía con buenos ojos seguirlo "a oscuras".



Y esperamos en aquel Bar, aquella instalación llena a rebosar de restos destrozados y basuras. Porque cuando la nieve se retira, quedan al descubierto los fragmentos de bastones, las botellas de agua, las latas de isotónicos, los envoltorios de galletas, los restos de una bota, un cinturón, las papeleras reventadas por una tormenta... Y silencio.

Por un momento la sensación de estar en una colonia marciana abandonada...en la sala de espera de algún puerto galáctico...(MOA)

Y como la cosa no abría, decidimos bajar. Y así, una de las montañas más sencillas que habíamos intentado, se salió con la suya sin problemas. Allí quedó, escondida en la Nube de Niebla.

Tendremos que volver a Andorra...por supuesto!

MAS FOTOS DE LAS 6 RUTAS?