Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Ascensión al Perdiguero por Lliterola

Ascensión Perdiguero Lliterola Juanto Trek
El Perdiguero desde el Hito E. 

El Perdiguero es un tres mil clásico del Pirineo. No presenta dificultades técnicas por lo que se considera una cima asequible para cualquier persona con cierta experiencia, pero hay que considerar el gran desnivel y la cantidad de esfuerzo necesaria para subirlo... y bajarlo.

Realizar la ascensión en solitario al Perdiguero por el valle de Lliterola era un objetivo que esperaba su oportunidad desde el verano pasado. En agosto del 18 me estudié a fondo la ruta, pero no pude intentar el asalto a esta singular cima del Pirineo por diversos motivos: sobretodo por la no coincidencia entre mi tiempo disponible y las buenas condiciones meteorológicas.

Así que cuando el pasado miércoles 21 la buena meteo y mi disponibilidad se conjuraron, preparé el equipo y salí hacia Benasque sin pensarlo. A las 16:45 empezaba a subir por la senda que surge del puente de Lliterola, a buen paso, pero no excesivamente rápido y bastante ligero de peso. Aprovecharía el atardecer para llegar hasta el Ibón pequeño de lliterola, a unos 2500 m. de altura, y haría un vivac con un saco de 10º y una funda de vivac llena de agujeros por el uso de varios años. Afortunadamente no pintaba ni lluvia ni tormenta.

El sendero de la derecha se dirige al collado Ubaga, entre el Perdigueret y el Hito E.

La senda era clara y estaba señalizada hasta la cabaña de Lliterola. A partir de allí, tomando el ramal que se dirige al NW y al Ibón Blanco de Lliterola, quizás el camino no era tan evidente y empezaba a ser menos camino y más lo que iba saliendo al paso: ahora hierba, ahora rocas sueltas... A las dos horas y cuarto de ascenso llegué al Ibon pequeño de Lliterola. Impresionante, un minúsculo lago cristalino encajonado a los pies del Perdigueret y el Hito E. de Perdiguero. Caían las sombras del atardecer cuando monté mi vivac.  Como era excesivamente grande lo reduje moviendo unas piedras para formar una U más confortable. Tras una ligera cena de pan, queso y fruta, me dispuse a pasar la noche. No es necesario hacer este vivac para subir al Perdiguero por esta vía, pero a mí me encanta disfrutar de la fantástica y ancestral sensación de dormir bajo las estrellas.


Vivac en el ibon pequeño de Lliterola


Las primeras estrellas brillantes y lejanas se presentaron tarde, justo después de los maravillosos fuegos artificiales de una tormenta eléctrica lejana. La luna apareció mucho más tarde, cuando el frío me despertó traspasando mi saco y haciéndome sentir incómodamente helado. A las 5 decidí empezar a moverme y entrar en calor. Preparé un desayuno rápido de café con leche caliente, pan y fruta, y me dirigí hacia el collado Ubaga en plena noche, con el frontal encendido a máxima potencia. Eran exactamente las 6 de la mañana cuando empecé a remontar la oscura muralla. Pese a la incomodidad y el frío, la noche había sido absolutamente mágica.

Ibon pequeño de Lliterola desde el collado Ubaga

La subida al collado Ubaga era algo más complicada. Había muchos hitos, pero la senda era evidente muy pocas veces. La inclinación era considerable, ganando mucha altura en poca distancia. A las 7 llegué al collado, situado a unos 2700 m. Tras disfrutar brevemente de las vistas y del radiante amanecer, tomé la cresta hacia el N. En esta parte del recorrido también aparecían muchos hitos que señalaban diferentes versiones del camino. Yo me dirigí flanqueando la antecima del Hito E. hacia el Ibon Blanco. Valió la pena el “rodeo”: el Ibon Blanco, de un sorprendente azul intenso, despertaba a un nuevo día acurrucado entre las montañas.

Ibon Blanco de Lliterola

En este momento, ya rodeado completamente por enormes trozos y bloques de piedras, decidí ascender en línea recta hacia la antecima. Lo peor de todo fueron las rocas bromistas que pese a todas las precauciones se movieron de repente y me dieron algún susto o el golpe correspondiente. Algunos traspiés y moratones después llegué al Hito E. de Perdiguero, tomé unas fotos y continué rápidamente por la cresta hacia el Perdiguero. Dicen que es una montaña fácil, pero yo creo que es una montaña exigente para la que hay que estar preparado. 

La cresta me encantó: era ancha y algo aérea, con unas vistas impresionantes. A esta hora no había nadie más en el camino, estaba completamente SOLO, no podía ver a nadie ni por arriba ni por abajo, y esta sensación de soledad y de conexión conmigo mismo y con las montañas me hacían sentir profundamente feliz. El Perdiguero estaba cada vez más cerca, un objetivo pensado hace un año iba a materializarse en unos minutos.

A las 9:02 alcancé la cumbre y leí las palabras que alguien escribió alguna vez en una roca de esta cima:

“Dichosos son los hombres que suben montañas y son capaces de mirar desde ellas con entrañas de humanidad” J. Martí

Vistas desde la Cima


Acurrucado en un muro de piedras que me resguardaba del viento frío, repuse energías con más pan con queso y frutas. Fueron llegando primero un grupo de montañeros franceses, que habían subido por el Portillon d’Oo, y luego dos paisanos, Txema y Sergio, que habían hecho el ataque directo partiendo a las 5 desde el puente de Lliterola equipados en plan ultra-trail. En uno de los vivacs de la cumbre compartimos entre risas un largo rato de historias y vivencias. Seguían llegando grupos, comenzábamos a ser mucha gente en el reducido espacio de la cima. Tras barajar varias opciones, decidimos descender los tres juntos hasta el ibonet de lliterola, siguiendo una ruta mucho más en línea recta y algo a la brava, prescindiendo del paso por el collado Ubaga. Una vez abajo, en el ibonet, nos despedimos en la orilla del pequeño lago. 

Me tomé mi tiempo para reponer energías y poder afrontar con más garantías las dos horas y cuarto de bajada. Solo quedaba llegar al punto final… 900 m. más abajo acababa esta aventura y comenzaba la siguiente.



Ficha Técnica MIDE según mis propias apreciaciones (sin GPS).

Inicio y final: Pont de Lliterola (1610 m) 
Altitud Máxima:  Perdiguero (3221 m)
Desnivel+ Acum: 1611 m. Desnivel- Acum: 1611 m.
Distancia total: aprox 15 km. 
Horario:  aprox 5 h 15' subida + 5 h 15' bajada (sin contar descansos)

-Dificultad: 3  -Cantidad de esfuerzo: 4  -Severidad del medio: 4  -Orientación en el itinerario: 3