Afortunadamente, los
incendios del Verano se quedaron a un par de kilómetros, y en la
zona de la Cabaña de los Pájaros (Les Coromines/ GR 7.2) el bosque
mediterráneo se ha vestido con los colores de la estación recién
llegada. Al predominar los Pinos, tampoco es muy evidente el cambio
si uno no se fija en las Choperas de la riera, vestidas de amarillo anaranjado,
o en la explosión multicolor de los Olmos y algunos frutos silvestres. Por su parte la riera ha
perdido por completo su exiguo caudal de agua y la Font del Ferro no
deja caer ni una sola gota, haciendo evidente una sequía que se prolonga.
Paseamos contemplando y
absorbiendo olores y colores. Seguimos senderos que normalmente usan
cazadores, Boletaires y cada vez más, BTTer@s... pero excursionistas de a pie,
pocos. Por los
senderos, que conocen pocas personas que no sean del entorno, es
difícil encontrar a nadie. De hecho, en dos días no hemos
encontrado absolutamente alma humana alguna... ni siquiera en el GR.
El paseo de hoy es una
excusa para mí: en la pequeña mochila llevo una cuerda y unos cuantos
hierros y cintas, además de agua, el botiquín de emergencia, la navaja... lo de siempre.
Nos fijamos en los rastros de zorros, ginetas y
jabalíes, en las plumas de una torcaz desayunada por el Azor que se
encuentran esparcidas entre los romeros y ginebros, y en multitud de pequeños
detalles como los encames en espiral de los lirones en la hierba. Mi vista va
buscando Rocas. En la zona hay grandes Rocas, pero todas las que
inspecciono son bastante pobres para practicar el bloque: son de un
conglomerado-arenisca que se deshace... o bien algunas más
verticales y compactas, están enmarañadas en un sotobosque espinoso
que habría que desbrozar. Y yo no voy a dejar un solo rastro de mi
presencia, como hago habitualmente, por norma...
Pasa la tarde y
encontramos una zona con unos terraplenes próximos al camino. Saco
los trastos y comienzo mis pruebas y ejercicios. Llegarán las
salidas de invierno, y no quiero verme necesitando hacer un ràppel o
asegurando a un primero o segundo, y quedarme parado como un
bendito... Hay que repasar ejercicios, aunque sea Escalando en
Horizontal. Bueno, hoy no es en horizontal... hay una pendiente del
50% y un saltito de 8 o 10 metros.
Me descuelgo con la
cuerda en simple, pese a sus 8mm, y el Piu2 funciona aunque no con
demasiada frenada... suerte del prusik de seguridad. Pruebo también
el Autobloqueante y el Klemheist... rapelo un par de veces solo con
dinámico... Remonto la cuerda con la ayuda de los mismos nudos y
también la pruebo en doble... en doble la verdad es que la frenada
gana mucho, claro...normal. El pequeño observa todas las maniobras ensimismado, asi
que cuando le llega el turno, la sonrisa se le expande de oreja a
oreja.
- Ahora tu...
- Vale!... pero no
tengo arnés papa!
- Eso no es problema. - Le
hago un braguero de fortuna con una buena cinta tubular ancha y
cómoda. Le enseño el ocho por seno...por chicote... Se ríe...
- ...o sea que el mismo
nudo se puede hacer de varias formas...
- si... pero no te van
a servir para lo mismo... por seno no te sirve para encordarte a no
ser que lo chapes a un mosquetón...
- ah... vale...
Se queda con todos los
detalles. Finalmente remonta la cuerda usando los nudos de bloqueo.
Hace sus primeros "rappels" -la verdad es que los hace en
un top rope que he montado y por tanto lo bajo yo bien atadito, pero
a él la ilusión casi lo mata de alegría y contento!-
- He hecho mis
primeros Rapels...!! Uhuuu!! Como mola!!!
Y asi pasamos la tarde...
entre risas y juegos, y yo practico y practico. Por momentos mi mente
se fuga imaginariamente a las montañas nevadas, intuyo la ventisca,
un rapel para escapar de una cresta que se ha vuelto negra y
siniestra bajo las nubes, una pared helada con un resalte...escucho
el zumbido del viento, siento el granizo que me golpea... "tengo
que ser capaz de hacer todo esto con los ojos cerrados...bajo la
máxima presión... allá arriba no podrás permitirte ni un solo
fallo...por tí, y por tus compañer@s..."
De regreso a la Cabaña
recogemos Moras, Endrinas (este año volveré a hacer mi Patxarán!),
y algunos majuelos e higos silvestres... es la estación de la
abundancia en los Bosques.
Se hace de noche. Se
levanta un viento sostenido. Se zarandean las hojas marchitas de los
Olmos. Corretean por el suelo las de los álamos y arces. No hacemos
fuego, pero enciendo una piña en una especie de ritual ancestral que
me conecta con la Tierra. Surge un humo azulado entre la llama
anaranjada, roja, brillante...silba la piña cuando arde...
- Parece un espíritu!!
-dice el pequeño...
- Sí... es el
espíritu del Otoño... ahora ya está libre, y traerá los vientos,
la lluvia y la nieve en las Montañas...
Y allí nos quedamos
mirando, en el silencio que se expande acompañado de los cantos de grillos y
sapos...
criii criii criii criiii
oooak.... ooooak....