Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

jueves, 2 de mayo de 2013

Refugio en una Tormenta


Un ejercicio de Supervivencia Deportiva en los Bosques Mediterráneos durante un acusado temporal de lluvias y tormentas que duró varios días del mes de Abril, buscando una excusa para sentirme "salvaje"...

Por unos momentos me he sorprendido a mí mismo esta mañana observando de nuevo la lluvia tras el cristal de la ventana. Me recordó a Victor, el niño salvaje del film de Truffaut. Siento esa libertad añorada, ese estar bajo la lluvia que purifica el alma...  Siento que necesito salir...que llevo demasiados días "encerrado"... así que cojo el kit* y me voy, llueva lo que llueva, sin rumbo ni destino.


Camino bajo una llovizna al principio, que va arreciando según transcurren los minutos, las horas. Por instantes el suelo de tierra desaparece y mis botas ligeras surcan los mares de charcos y caminos anegados, marrones, torrenciales. Llegado a un lugar precioso, siento truenos en la distancia. El aire se enfurece, el cielo se vuelve oscuro... los pájaros guardan silencio absoluto. Se avecina una tormenta.

En menos de 4 minutos he transformado el poncho en un refugio. Además, me servirá para recoger el agua de la lluvia. De camino, tomé unos fragmentos de resina seca que me van a permitir encender un pequeño fuego de cocina. En un bolsillo llevo un sobre de sopa instantánea...ya...esto último es "trampa"...!

Pese al par de horas bajo el chaparrón, me siento seco. El poncho ha cumplido su cometido. Las Botas también. Solo me mojo ligeramente al montar el Refu. La lluvia arrecia. Los truenos se escuchan poderosamente, retumba el suelo. He orientado bien el chamizo... la lluvia me viene de costado. Preparo unas piedras y la resina, cuatro trozos de corteza... miro el cazo que ya tiene suficiente agua. 



El olor de la tierra mojada me funde con el cielo oscuro de tormenta, con la esencia de la resina de pino aromática y dulce, con el chasquido de las ramitas que crepitan mientras arden. El silencio no es tal silencio: me acompaña la sinfonía del viento, el tamborileo de las gotas de agua sobre la tela, el trueno... 

Mientras sorbo poco a poco la cálida sopa, pienso en tantos momentos que durante estos tres años he estado compartiendo desde este Blog. Las escaladas en roca y hielo, los corredores, las cumbres, los SOLOS, los paseos por senderos en família, l@s amig@s con los que he compartido todo...

Me gustaría que much@s estuvieráis ahora aquí: compartiendo la sopa en mi pequeño Refugio bajo la tormenta, porque hay sensaciones que solo pueden comprenderse cuando se experimentan...

Absolutamente feliz, me pierdo en las vistas que se abren desde mi nueva ventana sin cristales.


(Abrazos)



Nota

* Kit: Un recipiente hermético de aluminio que contiene una multiusos, un mechero -no, no tengo un "fire starter" de magnesio- y unas cuerdecillas. Además del Poncho (capelina). Y ya está. :)