Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

sábado, 12 de mayo de 2012

Aproximación al Comapedrosa



Jueves. Una anulación de un "cliente" me ha supuesto un hueco de 24 hs... quizás puedo escaparme... Objetivo: salir de esta ciudad, estar en la Naturaleza, entrenar, y si es posible subir alguna Montaña. No es fácil decidirse mientras miro mapa tras mapa... Así que establezco el criterio: debe ser un sitio en el que no haya estado, lo más salvaje posible, y no demasido lejos de BCN.

Tres horas después estoy en Andorra. Son casi las 5 de la tarde. El termómetro en Andorra la Vella marca... 26º !!!...qué calor!... Observo el Comapedrosa desde el punto de inicio -Arinsal-... casi no se ve nieve por esta cara... me voy en zapatillas?

Afortunadamente no me he hecho caso y me he calzado las Botas. Nada más pasar los dos puentes que cruzan el Areny y el Comapedrosa -que bajan estripitosamente cargados e impetuosos- me encuentro el primer nevero. El camino, por momentos, se pierde en la nieve...y cuanto más subo, más nieve y menos camino. Las marcas colocadas en los árboles se ven... pero las marcas que hay en las piedras...no. Subo el valle paralelo al torrente que me acompaña con su sonido constante. Hacia los 1900m, todo es ya nieve, y sigo el camino más por intuición que por señales. Atravieso zonas que parecen restos de aludes, por lo caótico y lo revuelto, y en muchos lugares se abren roscos por sorpresa que me hunden hasta la rodilla, a veces más. La nieve está pastosa, húmeda... el Sol implacable me da de cara y se pone justo por el collado al que tengo que llegar. Por momentos, camino por encima de los rododendros que asoman entre el blanco, entre viejos pinos negros, entre gotones de sudor que chorrean de mi frente empañando las gafas... En las laderas de mi izquierda se ven varios restos de aludes: las Montañas se están deshaciendo como un helado. El calor es infernal.

Llegando al collado vuelvo a ver el camino limpio y las señales del GR. Cuando voy hacia él, me hundo de golpe hasta la cintura y quedo atrapado. Siento una torsión preocupante en las piernas -que no puedo mover- y paso unos segundos indeciso. La única solución es quitarse la mochila, y usarla a modo de "salvavidas" para poder salir del agujero. Mis instructores pensaron en todos los detalles, por lo que veo. Y yo retuve más de lo que podría recordar conscientemente. Salgo sin problemas y remonto el Collado. Me espera la sorpresa de ver el Cartel del Parque natural casi completamente enterrado... asi que almenos tengo 1,70 m de nieve bajo mis pies. Un valle precioso se abre ante mis ojos. Las Montañas, sin embargo, llenas de pequeñas avalanchas y purgas por doquier, me transmiten una gran duda: así que de seguir hasta cumbre dejando la mochila en la cabaña de pastores del valle... va a ser que no. Han sido casi 700 m de desnivel y quedan otros tantos...

Subo hasta el Refugio de Comapedrosa, que está cerrado. Espero encontrar un porche o un rincón en el que vivaquear, cuando para mi sorpresa descubro que puedo abrir una puerta y... es un espacio libre para 6 personas, con chimenea... sucio, lleno de basura... pero va a ser mi hogar hoy. Así que lo limpio con una rama de Pino, recojo algo de leña seca de los alrededores, y me pongo a fundir nieve -el agua está cerrada y de la fuente del exterior no sale ni gota- para beber y preparar la cena.


La noche llega pronto. Las estrellas de colores -aquí arriba se ven perfectamente rojas, verdes, naranjas, azules, blancas...- cantan una canción de cuna inaudible, aletargadora, susurrante. El viento se levanta. Y aunque no hace mucho frío, agradezco el refugio, el fuego, el agua, ...

Me levanto con la primera luz -que resulta ser la Luna y no el Sol, que todavía duerme perezoso- y preparo un desayuno energético. Siento molestias en la ingle derecha y en el tobillo un dolor agudo. Los "roscos" ya tienen eso. Producen estiramientos y sobrecargas. Incluso, si uno no progresa lento y con cautela -y yo diría que siempre con bastones en este tipo de terrenos- se puede partir una pierna fácilmente... Miro mi reloj altímetro estación meteo portátil...8º, Sol, Barometro 1026hpa... Demasiado calor para las 6 AM... Salgo fuera y contemplo el panorama: comparando las fotos de ayer, han habido más avalanchas esta noche. Hay lenguas por todas partes. Me recuerda mi experiencia de la Vall de Mulleres del año pasado. Hago un calculo: de 7 a 9 cumbre, de 9 a 11 descenso, de 11 a 13 desaproximo...mmmm..demasiado precipitado, ajustado al tiempo de que dispongo y stressante.. Valoro riesgos: no conozco la ruta, se ven aludes, mucha nieve blanda, me moveré lento y pesado en la hora de máxima insolación, tengo algunas molestias de ayer, y ...he venido a disfrutar la Naturaleza... el Comapedrosa se va a quedar donde está !!

No me cuesta demasiado tomar la decisión... Bajaré tranquilamente hasta el coche. Recojo y me pongo en marcha. Me despido del cartel enterrado en nieve del collado, de las Montañas y el Valle silencioso... Cuando desciendo y entomo una ruta procurando quedar fuera del alcance de posibles aludes, escucho enfrente mío el rumor de la nieve que cae de la Montaña como un trueno... ruuummmmmmmm.... Pasaré unos minutos después justo por el lado de las curiosas formas recién esculpidas ... Saboreo sin prisa el rincón de los Abedules, el canto de los pájaros de la alta Montaña,
el olor de los pinos y abetos, los juegos de Luces... el calor que ya axfisia.


24 horas después vuelvo a estar en la Gran Mancha Gris. Me resulta horrible el calor, la ausencia de vegetación apenas compensada con algunos árboles enfermizos, añoro el sonido y la frescura del río, me sobresatura la aglomeración de vehículos y personas...

En cuanto encuentre un hueco... me vuelvo a las Montañas. Y espero que esto, dure toda mi Vida, y que mi Vida sea larga para poder disfrutar del máximo número de lugares y momentos de ensueño.




Nota: 

Esta ruta en verano es muy transitada y fácil. Pero en condiciones como las de hoy, es algo más difícil y pesada. De todas formas, subir al Comapedrosa desde Arinsal son 1400 m de desnivel, por lo que se recomienda hacerlo en dos jornadas y tener cierta preparación física y técnica.