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| Foto: Carles Guitart |
Video del Curso de Supervivencia en Media Montaña realizado el 15-16 de Noviembre de 2014 para el C.E. Dona Alpina (www.donaalpina.org)
"Según el informe MIDE 2012, el 35% de los accidentes en Montaña se dieron por la falta de una preparación física adecuada, y un 33% por sobreestimar las propias capacidades. Otro dato relevante es el hecho de que la actividad con mayor número de accidentes e intervenciones por parte de los grupos de rescate fue la que a priori parece presentar menos dificultades: el senderismo. "
Pasamos el fin de semana en un ambiente controlado, a 1600 m. de altura, con unas condiciones meteorológicas que nos iban a poner a prueba: un frío intenso y un viento que arreció por momentos durante la noche. El otoño ya avanzado también iba a influir en la escasez de alimentos -bayas, frutos y hierbas diversas- disponibles.
En realidad estábamos tan solo a unos 50 metros de nuestro vehículo, en el que contábamos con todas las ayudas que podríamos necesitar, incluida una tienda iglú. A 400 m. contábamos con un refugio libre -que se llenó a rebosar a lo largo de la tarde- y una fuente de agua "potable". Teníamos cobertura telefónica y estábamos en contacto con varias personas que seguían la actividad por si ocurría algún accidente.
El objetivo del curso era aprender, que no sufrir, técnicas de orientación y progresión, el reconocimiento de especies y la preparación de alimentos, la construcción de refugios artificiales y naturales, técnicas para encender un fuego - imprescindible para cocinar y calentarnos y muy útil para señalizar nuestra posición- y aprender a potabilizar el agua. Además realizamos un intensivo de primeros auxilios y tocamos algunos otros temas importantes, entre los cuales destacaría la preparación psicológica y física así como la construcción "primitiva" de algunos útiles fundamentales.
Todo, por tanto, parecía ser fácil y sencillo, muy asequible. La complicación venía de las normas que habíamos consensuado y nos habíamos auto-impuesto: debíamos respetar todas las normativas, lo que incluía no hacer fuego en el espacio natural. Debíamos también realizar el curso en condiciones de nutrición de supervivencia, por lo que solo consumimos algunos alimentos suplementarios además del té de pino con escaramujos: 20g de arroz y un sobre de café con leche por persona (bueno, alguien coló una zanahoria y dos barritas de cereales para compartir...). Otra de las complicaciones era que solo podíamos acudir al refugio libre en caso de emergencia.
Con el frío de la noche, bajo cero, todos aceptamos utilizar un saco de dormir y un aislante. Pero dormimos en nuestra cabaña, cuya construcción ocupó buena parte de la tarde, y la experiencia vivida fue algo que recordaremos durante toda la vida.
Sin dorsales, sin prisas, sin récords. Simplemente con alegría, buen humor, una alta dosis de cooperación y compañerismo,... y un sentimiento intenso y profundo de conexión con la Naturaleza y con nosotros mismos.
Ahora que ya sabes los detalles... te invito a ver el vídeo:
Pasamos el fin de semana en un ambiente controlado, a 1600 m. de altura, con unas condiciones meteorológicas que nos iban a poner a prueba: un frío intenso y un viento que arreció por momentos durante la noche. El otoño ya avanzado también iba a influir en la escasez de alimentos -bayas, frutos y hierbas diversas- disponibles.
En realidad estábamos tan solo a unos 50 metros de nuestro vehículo, en el que contábamos con todas las ayudas que podríamos necesitar, incluida una tienda iglú. A 400 m. contábamos con un refugio libre -que se llenó a rebosar a lo largo de la tarde- y una fuente de agua "potable". Teníamos cobertura telefónica y estábamos en contacto con varias personas que seguían la actividad por si ocurría algún accidente.
El objetivo del curso era aprender, que no sufrir, técnicas de orientación y progresión, el reconocimiento de especies y la preparación de alimentos, la construcción de refugios artificiales y naturales, técnicas para encender un fuego - imprescindible para cocinar y calentarnos y muy útil para señalizar nuestra posición- y aprender a potabilizar el agua. Además realizamos un intensivo de primeros auxilios y tocamos algunos otros temas importantes, entre los cuales destacaría la preparación psicológica y física así como la construcción "primitiva" de algunos útiles fundamentales.
Todo, por tanto, parecía ser fácil y sencillo, muy asequible. La complicación venía de las normas que habíamos consensuado y nos habíamos auto-impuesto: debíamos respetar todas las normativas, lo que incluía no hacer fuego en el espacio natural. Debíamos también realizar el curso en condiciones de nutrición de supervivencia, por lo que solo consumimos algunos alimentos suplementarios además del té de pino con escaramujos: 20g de arroz y un sobre de café con leche por persona (bueno, alguien coló una zanahoria y dos barritas de cereales para compartir...). Otra de las complicaciones era que solo podíamos acudir al refugio libre en caso de emergencia.
Con el frío de la noche, bajo cero, todos aceptamos utilizar un saco de dormir y un aislante. Pero dormimos en nuestra cabaña, cuya construcción ocupó buena parte de la tarde, y la experiencia vivida fue algo que recordaremos durante toda la vida.
Sin dorsales, sin prisas, sin récords. Simplemente con alegría, buen humor, una alta dosis de cooperación y compañerismo,... y un sentimiento intenso y profundo de conexión con la Naturaleza y con nosotros mismos.
Ahora que ya sabes los detalles... te invito a ver el vídeo: