Quizás podría comprarme unos pies de Gato, pienso. Las puntas de mis pies tienen dificultades para adherirse a las presas que se abren entre la piedra. Cuelgo literalmente el peso de mis manos aferradas firmemente y saco el culo hacia fuera, presionando por tanto con mayor superficie de la suela de mis trekkings. Mejor. Eso me permite también buscar mejor en la pared, y cuando siento que mi corazón comienza a disparar sus latidos, cuando noto que mi respiración se agita, es cuando sé que la adrenalina está corriendo junto a otras sustancias que mi cuerpo fabrica precisamente para hacer frente a esta situación... y sonrío... Respiro calmo, bajo el ritmo del corazón, saboreo la adrenalina que corre... veo buenas presas para los pies... de lado pierna derecha, con el canto exterior, cruzando en horizontal ... mano izquierda que se extiende y sube arriba, introduciendo dos dedos en un grieta profunda, bien... pie izquierdo, punta, bien... Seguro otra vez, descuelgo la mano derecha mientras estoy literalmente unificado con el muro, y dejo que la sangre fluya.
- Vas a llegar hasta arriba? - pregunta el pequeño.
Fàcil. Aunque sólo son 4 metros y algo, llegar a esa piedra que viene a marcar el final escogido por mí mismo requiere cierta psicología.... Una caida sería una forma muy tonta de hacerse daño, porque 4 metros son 4 metros... Miro al pequeño que me observa, y volviendo a la pared centro toda la atención entre las presas que se abren a la altura de mi cintura, de mi pecho, de mi cabeza, un poco más allá... Se dibuja un sendero de huecos, fisuras y salientes... casi se ilumina... Y progreso rápido sin pensar en nada más....Y llego a la Piedra.
- Reunion! - grito... y el pequeñajo se rie...
- Te voy a dar un besazo cuando bajes!!! - me dice él. No podía haber mejor premio...
Destrepar siempre es más dificil, pero a las malas siempre se puede bajar por donde se subió. Cuando desciendo, hablamos brevemente sobre esta pared, la tercera de hoy, y luego continuamos nuestra tarde -una de tantas en estas semanas que no he podido salir al Monte- de "entrenamiento" en la Montaña Mágica.
Hoy la vuelta será alrededor de un circuito marcado, no tan natural y precioso como el circuito del que provienen las fotos que he incluido en este relato... Sin embargo, el cielo, las aves, los árboles, los jardines, una piña caída, una florecilla que nace en el césped, ... todo puede ser maravillosamente congratulante. Sólo es cuestión de VER, dejarse llevar...sentir... y crecer. Ecoterapia.
Al caminar, pienso en los momentos de estas dos semanas: las puestas de Sol desde el Bosque del Castillo Viejo, absorbiendo la energía del Sol poniente con mis pies descalzos conectados a la Tierra, los ejercicios de las jornadas de Tiro con Arco en el Castillo, el paseo en bici y la visita a los árboles gigantes del foso escondido (saludos Cris!)...
Y me resuenan unas palabras que os comparto...
"Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido".
Fué una suerte encontrar el Refugio en la Montaña que tiene a la Ciudad Rodeada... Fué una suerte reencontrame con Walden... Es una suerte poder contar todo esto y que tú lo leas...
Nos vamos encontrando!!!.
(ep... y en la columna de la izquierda te dejo el WALDEN para que lo descargues y disfrutes...:)