Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

lunes, 13 de diciembre de 2010

MONTCAU, MANO SOBRE PIEDRA.

No puedo más. Es domingo. Hace un Sol relativizado por una neblina alta que en el valle del Llobregat, según veo, está algo más espesa y baja... El barómetro del reloj-altímetro marca una bajada constante de la presión atmosférica y el simbolito de la nube con lluvia me hace reir... una vez más no da en el clavo!. Ni caso...

- Nos vamos!
- A dónde? - dice el pequeño dando un brinco.
- A subir una Montaña pequeña...
- Como el Everest?
- Noo, jeje... algo más pequeña...

Hace muchos años que no venimos a la zona del Montcau-La Mola. De hecho, el principal problema va a ser encontrar la carretera que nos lleva al ... ni me acuerdo de cómo se llama el sitio!!! Bien empezamos....ha pasado quizás demasiado tiempo...

Media hora después estamos dando vueltas por el Vallés. Transcurre la carretera bien curvada entre un bosque espeso. La recorremos en ambos sentidos.... De Matadepera a Castellar y viceversa... Nos metemos por St Feliu del Racó... Por aquí se puede subir a la Mola, pero al Montcau.... Vuelta atrás... Matadepera de nuevo...seguimos la indicación de Les Pedritxes... y al fin nos encontramos, y en consecuencia encontramos la carretera que nos lleva al Coll d'Estenalles -eso era!-, donde dejamos el coche aparcadito entre una multitud de vehículos. 

- No llevamos ni agua ni bocatas ni nada!- dice ella.
- No hace falta, en un par de horas estamos de vuelta... como mucho...

Comienza el paseo por una pista ,al principio cementada y en unos metros ya de tierra, que pasa justo al lado del centro de información. Sube entre encinas, jaras, tomillos y romeros, algún roble y pinos dispersados que ocultan el panorama. En diez o quince minutos estamos al pie del Montcau y nos dirigimos al Coll d'Eres para tomar la carena NW. Un continuo hormigueo de grupos, parejas, individuos, familias y perros se entrecruzan con nuestro paso relajado. Siento ganas de trepar por las paredes que se levantan, agarro por momentos esos cantos que me pregunto cómo y cuándo se crearon – las fuerzas de la Tierra y hace mucho tiempo, claro- pegados como un mosaico firmemente... y siento esa sensación...de tirar arriba abriendo vía por dónde diga la Roca. Pero hoy no puede ser.



Cuando entomamos las primeras pendientes, el pequeño se anima...

- Esto parece un rocódromo!!!...- dice echando mano sobre piedra...

Y tengo que dejar la cámara, porque sube tan rápido que se sale del objetivo en un plis plas y más vale estar cerca por si las moscas, que una caida por aquí puede hacer daño, sobretodo si se deriva a uno de los lados. Así que siguiéndolo a corta distancia llegamos en un ratito de nada a la cima...



Y es el momento de La Magia, de la multitud de Montañas que nos saludan desde el horizonte bajo ese color del cielo inmenso: Montserrat, el Montseny, el Montsec, las Maladetas, el Cadí, el circo de Nuria, el Canigó... reconozco a muchas de ellas... Pese a la humedad del aire, puedo ver más allá de lo que recordaba... Pese a la humildad de esta Cima, el sentimiento enciende de nuevo esa llama de tan dentro que nos hace subir Montañas.

Y con un calor de fin de verano y un Sol que abrasa, aunque ya casi es Navidad, descendemos sin prisa , comentando la jornada, saboreando de antemano esa comida y ese vaso de agua que nos esperan en casa.