Desde el Pic de la Dona (2702 m.) vistas al Bastiments a la derecha y al Fajol Gran a la izquierda. |
El circo de Ulldeter se encuentra en el el Parque Natural de las cabeceras del Ter y del Freser, en Girona. En él nace el río Ter, de ahí su nombre ("ojo del Ter"). Además de las instalaciones de una estación de esquí, podemos encontrar el refugio de Ulldeter y es un buen punto de partida de muchísimas excursiones y ascensiones de diversos grados de dificultad. El Pic de la Dona (2702 m.) y el Pic de Bastiments (2882 m.) son dos de las montañas más frecuentadas por excursionistas y montañeros, tanto en verano como en invierno.
He salido de Barcelona a las 6.30,
todavía de noche. Después de darle unas cuantas vueltas me he decidido por
subir a Ulldeter otra vez. Es una de las zonas que conozco como la palma de mi
mano, de hecho creo que he subido casi todas sus montañas, muchas de ellas en
solitario y en pleno invierno. La idea es hacer una excursión rápida, modo FAST
HIKING, por lo que voy equipado de forma muy somera, con lo básico e
imprescindible en una mochila de 20l. escasos. Son las 9.00 cuando comienzo
la ruta desde el aparcamiento superior de la estación de esquí. El camino hacia
la Portella de Mantet surge detrás de los edificios, en dirección NE. Hace
bastante frío, dos grados para ser exactos, y un viento de norte que aprieta
por momentos, así que inicio la ruta con los guantes, gorro, polar y
cortavientos ya puestos. Esta vez voy con unas buenas zapatillas de trail y mallas de
invierno.
La subida hasta la Portella de Mantet
no tiene pérdida posible. El sendero está muy marcado. Incluso puedes
permitirte el lujo de recortar a tu libre albedrío. Subo muy rápido, me
encuentro muy bien físicamente y el poco peso de la mochila acompaña. Después
de la subida a los ibones de Alba, a finales de agosto, me propuse mejorar mi
forma física. Añadir algunos entrenos de running y de series de alta intensidad
ha dado buenos resultados. Voy doblando
a grupos de excursionistas que suben pesadamente. Ni siquiera paso por el
collado de la Portella, simplemente flanqueo la pronunciada pendiente en
dirección W directamente hacia unas formaciones rocosas (2565) que supero
también en un momento. Desde allí ya asoma la cima del Pic de la Dona. La
última vez que subí allí se me echó la niebla encima, en pleno invierno nevado,
y tuve que descender por seguridad sin acabar la ruta que hoy pretendo
finalizar. En 45 minutos llego a la cima solitaria castigada por fuertes rachas
de viento. Es temprano, el día está todavía algo oscuro y hay más nubes de las
esperadas. Mientras grabo el vídeo y hago las fotos contemplo el Bastiments a lo
lejos y observo con atención la ruta que tengo que seguir, bajando hasta el Coll de la Geganta
y la esquena d’Ase. No hay nada de nieve y el sendero se ve bien marcado. Si el
día aguanta no habrá ningún problema. Así que me lanzo hacia el segundo
objetivo del día con total confianza y alegría.
Hasta llegar a la base del Bastiments, por su cara E, el camino es fácil y poco inclinado. De hecho voy alternando el trote ligero con el paso rápido al tiempo que tomo un primer trago de agua y una gelatina energética sobre la marcha. En 45 minutos más me planto en el inicio de la subida, ahora mucho más pronunciada. Aprovecho para contemplar a los grupos que se han ido quedando a lo lejos. Algunos han decidido bajar hacia el lago de Bacivers, otros todavía están llegando a la Dona. Nadie parece haber seguido mis pasos hacia el Bastiments. Mientras observo el precioso lago circular recuerdo una salida en la que tras bajar del Pic de Bacivers nos cayó encima una tormenta de rayos y granizo impresionante… hace ya muchos años.
Lago de Bacivers desde la cara E del Bastiments |
Arista E de subida al Bastiments |
Sigo subiendo a un ritmo rápido. Llego a la cruz que muchos excursionistas confunden con la cima y remonto la carena pedregosa a saltos, hasta pasar el pilar de cemento y llegar finalmente al piolet plateado que marca la cima del Bastiments. El día se ha abierto completamente y el cielo azul salpicado de nubes blancas se funde con los tonos pardos y aterciopelados de las montañas que me rodean. Puedo contemplar el Canigó, el Puigmal y toda la olla de Núria, los dos Fajols que están ahí delante mío. Apenas he tardado dos horas justas en hacer la ruta. Bebo otro trago de agua y me tomo otra gelatina. Respiro profundamente...
Cima de Bastiments (2882 m.) |
Vista de casi todo el recorrido desde la cima de Bastiments |
Tras las fotos de rigor desciendo rápido hacia el Coll de la Marrana. Una romería de excursionistas de todo tipo suben desde allí. Para mí es habitual ver subir a la gente cuando yo ya estoy bajando: creo que la mayoría empiezan muy tarde sus excursiones. En media hora llego al collado de la Marrana y hago mi primer descanso, diez minutos, en el que aprovecho para quitarme el cortavientos, el gorro y los guantes, comer un sándwich, beber otro trago de agua y observar el Gra de Fajol gran que está ahí delante de mí, rompiendo con su impresionante figura el horizonte azulado. Por un momento pienso en subirlo… pero finalmente me ciño al plan inicial. No es necesario alargar mucho más la jornada. Recuerdo por un momento las veces que he subido tanto al grande como al pequeño de los Fajols, tanto por caminos como por canales nevadas y sonrío para mí mismo recordando a todas las personas con las que compartí momentos y experiencias increíbles hace ya mucho tiempo.
Desde el Coll de la Marrana, vistas de la subida al Pic de la Dona, el Canigó al fondo... |
Desciendo rápido, a veces trotando, improvisando algunos tramos por terreno pedregoso y algo complicado. No sería necesario, porque hay un sendero muy marcado por el que siguen subiendo todavía bastantes grupos de excursionistas, pero prefiero darme ese lujazo y disfrutar al máximo de la jornada. Es mediodía, el Sol ya pega fuerte y la sed comienza a apretar. Todavía guardo un poco de agua cuando encuentro un manantial natural que recuerdo de siempre. Me detengo un momento y saboreo el agua pura y fresca que nace directamente de la Tierra y me da la vida. Ya no queda casi nada. Pasar el refugio de Ulldeter, subir hasta el párking, y volver a casa sano, feliz y contento. Cuando llego al coche miro la hora: han sido 3h 35 minutos de marcha fundido con el paisaje y las montañas de otoño, saboreando cada paso, cada latido y cada soplo de viento, absolutamente concentrado en el aquí y el ahora.
Llegarán las nieves y regresaré
otra vez a este fantástico paraje para disfrutar de las montañas vestidas de
blanco con mis crampones y piolets, quizás con los esquís de travesía y sus
pieles de foca… quizás allí nos encontremos.
-Fecha: 05-10-2024 -Inicio y final: Vallter 2000. (2000 m.)