Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

sábado, 12 de noviembre de 2011

La Fageda d'en Jordà.

Fageda d'en Jordà


Siempre he dicho que soy un "animal" de Bosque. Me encanta subir Montañas, pero no puedo dejar de perderme -o de encontrarme- entre los árboles, arbustos, plantas y hongos. Si en las cimas de las grandes montañas encuentro Horizontes y una paz interior intensa, en los Bosques encuentro la explosión de la Vida y una riqueza que me maravilla y sorprende siempre con nuevos seres en los que nunca me había fijado. Y me enriquece profundamente llegar a casa y revisar las fotos, buscar en mis guías botánicas las especies nuevas que nunca había visto, intentar aprender sobre sus posibilidades medicinales y prácticas... ¿Por qué hemos olvidado tantas cosas que nuestros ancestros sabían?

Reconectarme con la Naturaleza de los Bosques es reconectarme con el pasado de generaciones que dependían de sus conocimientos para sobrevivir. Muchas veces sigo el canto de los pájaros, la veloz carrera aérea de una ardilla, el reptar de una culebra. Me dejo llevar por los cantos de ranas y grillos, navego en la brisa que mueve las hojas. Me siento en silencio, solo, conmigo mismo, y abro los sentidos que van más allá de la vista, el olfato, el tacto y el oído, e intento captar la esencia que me une a cada uno de estos seres que me rodean. "Tenemos un destino común con el árbol"... vienen a mí mente las sabias palabras de Red Crow, y de tantos otros... Y entonces comprendo que en definitiva somos UNO.


Pueden pasar horas sin hacer nada más que impregnarme del bosque. No hay ninguna marca a batir, ninguna prisa, ningún resultado deportivo. Estos son momentos y experiencias de conocimiento, de integración, de respeto, de pasos ténues y respirar acompasado y profundo, saboreando aromas  y sonidos olvidados. Muchas veces simplemente son momentos de sentarme sobre la hojarasca a dejar que todo fluya y sentir la Tierra.

Y cuando me despido del Bosque, una parte de mí se queda allí, una parte de ÉL se viene conmigo... para siempre.




NOTA: Este maravilloso Hayedo (Fagus Sylvatica) está en Olot (Girona, Spain), pero hay muchos otros tan maravillosos o más. Sin ir más lejos, y a pocos kilómetros, en la ruta al Castillo de Colltort, que parte desde el Volcà de Sta Magdalena, encontramos un Hayedo mágico, fantástico y no tan frecuentado como esta fageda d'en Jordà sobreexplotada por un inmenso número de visitantes de fin de semana, NO SIEMPRE respetuosos, como muestran los troncos grabados, los papeles, latas y envoltorios añadidos al Ecosistema.