Soy un Nómada. Mis únicas Banderas son el cielo del día y el manto de estrellas en la noche. Mi Tierra está allí donde piso. Mi cultura es la que comparto e intercambio con las personas que encuentro en el camino. Mi himno es el canto de los pájaros, el susurro de los arroyos cristalinos y el bufido del viento en bosques y cumbres. Mi gente sois tod@s, aunque todavía no os conozca.

miércoles, 16 de abril de 2025

Silencio Blanco: Rasos de Peguera (II)

 

JuantoTrek, Juanto Fernandez,

Estuve en Rasos de Peguera en marzo de 2024 y pude disfrutar de una gran esquiada de travesía en un paraje maravilloso que difícilmente podría repetirse. Pero justo un año después, una serie de grandes borrascas trajeron mucha más nieve a esta zona del prepirineo catalán, y significaron el fin de una sequía de varios años. En esta ocasión, el paisaje era mucho más espectacular!

Seguí durante varios días la evolución de la meteo y finalmente encontré el momento perfecto. Había nevado en diversas ocasiones de forma casi continuada, las temperaturas eran frías pero sin ser del todo gélidas y esa mañana la previsión era de Sol y poco viento. Así que preparé un equipo ligero para esquí de travesía y me lancé hacia las montañas. Este invierno había hecho muy pocas salidas de Montaña propiamente dicha, ya que estuve más centrado en mi nueva Web de Fotografía de Naturaleza, por lo que las ganas y las expectativas eran muy altas.


Nada más llegar al párquing de la creu de Rasos de Peguera sentí el impulso del montañero que llevo dentro. No pensé en nada más que en ponerme los esquís y comenzar a foquear para aprovechar al máximo estas primeras horas en las que todavía no había aparecido la muchedumbre. Nada más empezar encontré la traza de algún otro esquiador solitario y aunque no era mi idea inicial, decidí seguirla para ir disfrutando del paisaje sin tener que preocuparme por abrir huella ni tomar decisiones.

Un buen rato después llegué hasta donde imaginaba: me encontraba en Les Collades, a 1971m de altura. A mi izquierda (N) quedaba insinuado el ascenso a El Salabardar, y hacia mi derecha (S) la remontada hacia el Pedró. Me decidí por la segunda opción. Desde allí podría acometer el descenso por lo que antaño fueron algunas de las pistas principales de la estación, hoy abandonada a su suerte, y darle forma circular a la ruta, de algo más de 2 horas y media. El paisaje era simplemente espectacular, de ensueño, intensamente mágico.


Disfruté de la subida girándome cada dos por tres para ver las montañas de la Cerdanya, que aparecían a lo lejos entre los árboles cubiertos por un intenso glaseado de nieve. Al llegar a la cota de 2050 m hice un breve descanso sobre los esquís y repuse energías con un sandwich bien surtido de hidratos y proteínas. Bebí algo de agua y continué la marcha sobre la nieve profunda y blanca, una nieve perfecta para disfrutar.

Sin embargo no pude localizar el monolito que marca el Pedró. Por momentos pensé que debía estar bajo la gruesa capa de nieve. Busqué durante un rato, pero no pude localizarlo. Ni me preocupó. No era una salida para sumar más picos a mi humilde curriculum de aficionado. Había venido simplemente a disfrutar de las intensas sensaciones que puede brindarnos la alta montaña hibernal. Y eso es lo que me encontré: el lugar en el que solo viven el  Gran Silencio Blanco y el paisaje salvaje de los Pirineos.


Ya solo me quedaba regresar y acometer el descenso por las pendientes más suaves, muchas veces con los esquís totalmente sumergidos en la nieve en polvo hasta las rodillas, dejándome llevar por las sensaciones y trazando eses frecuentes evitando ganar demasiada velocidad. En media hora estaba de nuevo en el aparcamiento, donde cientos de personas se apresuraban para disfrutar del espacio nevado cada vez más colapsado...

Espero que disfrutes del vídeo... aunque lo grabé para mi nueva web de Fotografía de Naturaleza, aquí en JuantoTrek^ también me apetece compartirlo contigo.