Riiiiiissss....Roooooccssss....Reeeeeecccsssss....
Rasco con un frenesí disimulado la gran roca en la que se levanta una fita grande y salvadora... rasco con la punta de acero de mi bastón de trekking y aún así es difícil conseguir dejar una señal...La fuerza que da el miedo consigue dibujar en el granito una leve ralla blanca... compruebo: sí, está alineada con otra fita destacable a unos 50 m... (pero 50 m pueden ser una distancia insalvable!)... Mi compañera ya se acerca. Aunque intento mantener un ritmo suave, ya hace rato que Mercè se queda atrás. Cuando organizamos la salida ya me avisó que no estaba en plena forma. A lo largo de las 4 horas que llevamos remontando el Valle de Besiberri, ha hecho algún comentario por el estilo... Todo apunta a que vamos a tener que hablar...
La niebla sigue jugando con mis sentidos. En ocasiones intuyo la mole que espera impertérrita que nos acerquemos...pero no...ése no es el Besiberri Sur...ése debe ser el Abellers...y el collado, ni tan solo puedo adivinarlo entre el gris espeso que todo lo tapa. SI hay un nevero, tampoco he podido más que intuirlo durante un segundo...
Nunca había estado aquí, así que carezco de referencias personales. Los únicos que hemos visto durante la travesía eran una pareja de franceses que hace rato dejamos atrás... ellos decidieron seguir progresando en firme ascenso hacia el E cuando en la cota 2400 yo decidí seguir a nuestra derecha, hacia el S, en busca de la canal que lleva al collado de Abellers...con el tiempo, he aprendido a seguir mi propio criterio...
Llega Mercè... De repente aparece una figura que baja...
- Hola?...Bonjour?...speak english?
- Hola...soy Española...
- Vienes del Besiberri?
- No... me he dado la vuelta en el collado...hace mucho viento y no se vé nada...
- Y vas sola?
- No...mi compañero ha decidido arriesgar y continuar en solitario...me cogerà durante el descenso...
Hay valientes. Hay gente muy preparada... pienso. También pienso que hay imprudencias que si se pagan no tienen precio...o un precio demasiado alto... Nos despedimos. Mercè y yo nos sentamos en una roca grande a resguardo del viento, bebemos, tomamos una galleta...y nos damos 5 minutos para tomar una decisión...
- Yo estoy muy cansada ...
- no me extraña, yo también...han sido 4 horas muy duras salvando un desnivel de 1300 metros entre escolleras, piedras y escalones que le hacen a uno sentirse enano y pequeño...
- Y esta niebla...
- Sí... a mi tampoco me gusta el puré de patatas...-sonreímos y masticamos la galleta energética que compartimos...
Silencio. Ni siquiera el aire hace ruido. Las brumas se enjironan sobre los salientes de la divisoria que tenemos enfrente y apenas podemos percibir...
- Pero da mucha rabia tener que abandonar ahora que estamos tan cerca -me dice...
- Bueno... nos falta salvar unos 350 m... primero la pala de nieve -o roca si no hay nieve- y luego la cresta... Yo calculo una hora y media a este ritmo... Y luego habrá que bajar y desandar lo andado...
Otro silencio. Un trago de agua que sienta frío... Por un momento asoma una punta rocosa delante nuestro, pero enseguida se tapa... Miro hacia el valle que hemos remontado... En la distancia un azul intenso del lago mayor de Besiberri.. pero a más altura, justo por donde hemos subido, casi hay que adivinar los pasos... Si baja más la niebla ...no quiero ni pensar en ello...
- 5 minutos. Tú dirás.
- Por mí bajamos.
- Estamos de acuerdo.
Duele tanto tomar según qué decisiones... De repente lo que era una ilusión se transforma en una gran pena que ahonda el alma, que parte el corazón, que ... incluso diría que siento rabia. La Gran Montaña nos ha dado su veredicto: Hoy no vais a subir.
Y comenzamos el descenso.
Encontraremos a un Maño valiente que solo y con una vara de avellano como bastón decide continuar. Sobrepasamos a la chica que nos advirtió del collado, observa las florecillas de Montaña que sobreviven entre las rocas... Luego encontramos a los franceses, que se habían equivocado y ahora, tras rectificar, han tomado la ruta correcta...
- Nosotros nos arriesgamos – nos dicen tras una charla en un pupurri de francés catalán y castellano...
- Mucha suerte!
Y nosotros seguimos bajando, mareando la perdiz sobre si la decisión ha sido correcta, si la niebla, si la ruta era larga y dura, si estábamos bien preparados, ...
Pero a cambio, disfrutamos del regreso, del prado verde en el que pastan las vacas y terneros, del lago de aguas azuladas, de las amarillas y floridas Gencianas, del vuelo del Pinzón, del grito de las marmotas...de las Montañas que se intuyen hacia el E recortadas sobre un cielo de otoño en un mes de Julio...
Y cuando nos giramos por última vez, antes de sobrepasar el collado que da acceso a la parte alta del valle, entrevemos durante unos instantes la larga cresta de los Besiberris que se asoman un minuto entre las nubes de niebla...
Y doloridos, continuamos el duro descenso hacia Conangles...
"No diré nunca más ATACAR Montañas...No diré nunca más ATACAR Montañas... No diré...