En la noche, cuando me acuesto, comienza la lluvia. Desde mi cálido cubículo escucho el repiquetear de las gotas de agua contra la persiana, ese sonido y esa sensación que me transportan automáticamente a mi saco y mi tienda igloo... Cuando de repente escucho el retumbar del primer trueno, mi emoción se intensifica, y el recuerdo se concentra en cierta tormenta pasada en los lagos de Sotllo, el día anterior a mi primer ascenso a la Pica d'Estats. Así que con estas sensaciones y recuerdos, dormir se me hace dulcemente sencillo, y los sueños: agradables...
Al despertar veo luz a través de las rendijas de la ventana...contra los pronósticos: hace Sol!!!... Me visto y aseo rápido tomando un breve y ligero desayuno y subo a uno de mis puntos de observación: y SI!!!... al fin ha nevado en el Montseny!!!. Una nevada no muy intensa y a cierta altura, pero al fin!!!...y aunque se levantan algunas nubes... tendremos "tiempo"!!
En un cuarto de hora estamos todos en el coche camino del Montseny. Y en algo más de una hora y media estamos llegando a Sta. Fe. Sin mapas ni preparar la ruta, me cuesta intuir el camino correcto hasta llegar al punto escogido. Sin embargo finalmente llegamos al cruce que sale a la izquierda pocos metros antes de Sta Fe, en la carretera que lleva a St Marçal. Aquí la nevada permanece acostada en la carretera perezosamente, y aunque arriesgo e intento llegar a la zona del Turó, un par de kilómetros más allá tengo que tomar la sensata decisión de recular: Las ruedas patinan peligrosamente en la capa de nieve poco transitada. No tengo cadenas. Así que el Turó de l'Home esperará a otra ocasión...
- Es igual papa -dice el pequeño desde el asiento de atrás- ya la hemos subido esa...!
Improvisamos pues. Navegamos lentamente tras una quitanieves una vez llegados a Sta Fe. Fascinados por los tonos azules de los que se ha vestido el Bosque de Hayas y Robles. La nieve acumulada va cayendo en grandes trozos sobre el manto níveo que todo cubre con cierta generosidad, incluso sobre la carretera cuando los enormes árboles la sobrevuelan. El cielo, amenazante con grandes cúmulos de desarrollo hacia el N y el W, se mantiene azul brillante sobre nosotros y se refleja en la nieve que se balancea en las ramas... y todo es azul. Y estos momentos de Magia cuando los Bosques son Azules compensan de sobras el viaje. Quizás valen más que una cima, pienso.
Y así, al llegar a St Marçal dejamos "la tanqueta" y simplemente paseamos hasta la ermita y la fonda... y de allí a can Puig por el GR5.2 que otras veces me ha llevado a la cara W de les Agudes. Bajo su atenta mirada, cuando no la cubren las veloces nubes que pasan, disfrutamos el momento entre bolas de nieve, algunas fotos y el canto suave de las mallarengas que aprovechan la bonanza momentánea para alimentarse allá arriba en las copas de los Robles. El aliento se va helando, el cielo se cubre y oscurece. Tras una hora de simplemente disfrutar el momento, regresamos.
Es una bonita ascensión...la cara W de les Agudes...y en este estado, casi alpina. Quizás la repita algún día de este invierno. Las ocasiones en las que la he realizado, ni siquiera llevaba cámara. Y hoy, no era el momento...
Seguimos la carretera hasta Viladrau... y al llegar al refugio de la Montaña que tiene a la ciudad rodeada no puedo evitar dirigir mi mirada de nuevo hacia las Montañas Azules...pero ya no están: cubiertas bajo una nueva masa de nubes que, quizás, nievan de nuevo.
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El Paseo de hoy es apto para todos los públicos, y un buen punto de partida para ascender el Matagalls y Les Agudes. |